"Por la fe en el nombre de Jesús, el hombre que veis y conocéis, fue fortalecido..." - Hechos 3:16 (NVI)
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En el lugar llamado Columnata de Salomón, la gente queda asombrada y corre hacia Pedro y Juan y hacia el hombre que conocían como un cojo que se sentaba y mendigaba durante años. Ese hombre ahora camina incluso saltando mientras alaba a Dios. Pedro les recuerda que no piensen que fue gracias al poder y la piedad de los apóstoles que el hombre se pudo caminar. En cambio, por la fe en el nombre de Jesús, fue que el hombre fue sanado.
En muchas partes del Nuevo Testamento podemos ver cómo Jesús sanó a personas basándose en su fe en Él. "...tu fe te ha sanado" (Mateo 9:22), "Conforme a tu fe te será hecho" (Mateo 9:29), "Vete, tu fe te ha sanado" (Marcos 10:52), y así sucesivamente.
Sin fe nunca podremos agradar a Dios (Hebreos 11:6). Muchas veces confiamos más en nuestra lógica y ponemos la fe en otra parte. Si esto es lo que sucede, debemos ser el padre que fue reprendido por Jesús por su fe inquebrantable (Marcos 9:14-29). Inmediatamente el padre del niño exclamó: "¡Creo; ayúdame a superar mi incredulidad!"
Lo crucial es que necesitamos saber quién es Jesús y luego creer en Él. Pedro reprendió a los israelitas que ignoraban quién era Jesús. Jesús, el Autor de la vida, el Santo y Justo, a quien rechazaron y negociaron con un asesino y lo entregaron para que lo mataran. A veces pensamos que hacemos o elegimos las cosas correctas. Aunque en realidad hemos hecho todo lo contrario. Perdemos de vistsa lo más importante sin darnos cuenta.
Pidamos al Espíritu Santo que ilumine nuestra mente y nuestro corazón, para poder ver la Verdad.
Reflexión sobre Hechos 3:11-26 por Desire Liana
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