Bienaventurados los que no ven pero creen – Juan 20:29
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La confianza es una actitud que expresa la creencia de que algo es verdadero o real. En el mundo actual, creer o confiar son dos cosas muy difíciles de encontrar o incluso de hacer. En la actualidad, nos enfrentamos a una crisis de confianza por actitudes humanas arrogantes, egoístas y deshonestas. En principio, la creencia debe basarse en evidencia sólida y real, porque si no hay evidencia ciertamente será difícil que la gente crea.
Entonces, ¿qué pasa con los discípulos del Señor Jesús? ¿Aún creían después de la muerte del Señor Jesús? El impacto que experimentaron los discípulos después de la muerte de Jesús fue que comenzaron a tener dudas en sus corazones. El miedo también golpeó sus corazones porque este incidente obligó a los discípulos del Señor Jesús a esconderse y cerrar con llave el lugar donde se reunieron.
La duda no es un problema y eso es lo que les pasó a los discípulos del Señor Jesús. Dios respondió a sus dudas dando señales. Cuando esto suceda, recuerde que fue el Señor Jesús quien fortaleció la fe de los discípulos.
Dios nos ha prometido que nos dará otra ayudador, para que esté con usted para siempre, es decir, el espíritu de verdad. Porque Dios dice "Me iré pero volveré a vosotros, no os dejaré huérfanos, volveré a vosotros". Recuerde, que las promesas de Dios son Sí y Amén.
La paz es un símbolo o saludo ejemplar que Dios transmite a Sus discípulos como señal de que Dios es amor y quiere fortalecer a los discípulos y a todos nosotros.
Dios dice: "Así como el Padre me envió, así ahora yo os envío". Dios nos envió como sus siervos no sin fundamento y sin evidencia, sino que todo se declaró para que fuera real y se diera cumplimiento, ya que el propósito de este evangelio fue escrito para hacer que todas las naciones crean en Dios.
Por tanto, manteneos fuertes y firmes en vuestro corazón. Bienaventurados los que no ven pero creen. Amén
Reflexión sobre Juan 20:19-31 por Aldo Tridarma Mona
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