“El que me envió está conmigo; él no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada." - Juan 8:29
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El pasaje de hoy es realmente interesante. Comienza con el plan tentativo de los fariseos de usar a Cristo para castigar a una mujer sorprendida en adulterio. La reacción de Jesús fue muy sabia y, evitó dar una sentencia diciendo a los fariseos: “Cualquiera de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra”. Ninguno de ellos hizo nada y comenzaron a irse uno por uno, empezando por los mayores hasta quedar sólo Jesús y la mujer, es decir: “Ninguno de ellos estaba libre de pecado”. Este pasaje nos da un importante mensaje: “ Es mejor pensar en cada situación antes de juzgar a las personas, porque, muchas veces el que juzga es peor que el juzgado”.
El otro punto
importante está en el pasaje 11: “Entonces yo tampoco os condeno”, declaró
Jesús. “Vete ahora y deja tu vida de pecado”.
La palabra clave aquí es PERDÓN y REDENCIÓN. Todas las personas tienen
la oportunidad de tener una segunda oportunidad de vivir una vida correcta y
limpia. Lo más importante es evitar
mantener comportamientos peligrosos para la propia moralidad, comprender dónde
se han cometido errores y esforzarnos por no repetirlos.
El siguiente pasaje
es fundamental para comprender completamente la palabra FE. “Cuando Jesús volvió a
hablar a la gente, dijo: “Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca
caminará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”. En mi opinión, fe
significa creer en cosas que no puedes ver. La confianza en el SEÑOR es básica
para vivir una vida siguiendo los sentimientos correctos y no persiguiendo
distracciones tontas.
Los fariseos
intentaron desacreditar a Cristo acusándolo de ser un farsante, un
mentiroso. Los fariseos lo desafiaron:
“Aquí estás, presentándote como testigo tuyo; Tu testimonio no es válido”. Pero
Jesús les respondió que no sabían de dónde venía ni adónde iba. Los fariseos
intentaron desafiar a Jesús haciéndolo enojar para lograr una reacción de su
parte. Pero Jesús siguió respondiendo que era enviado por su Padre. " Yo
soy el que da testimonio de mí mismo; mi otro testigo es el Padre que me
envió".
La última parte
notable es en el pasaje 29-30 cuando Cristo dice que el Señor siempre está con
él y que nunca está solo. Estas palabras impresionaron a mucha gente que creía
en él: “El que me envió está conmigo; no
me ha dejado solo, porque siempre hago lo que le agrada. Incluso mientras hablaba, muchos creyeron en
él”.
Reflexión sobre Juan 8:1-30 por Iván
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