"Como
dice la Escritura, del corazón del creyente correrán ríos de agua
viva". - Juan 7:38
El paso de hoy
suscita una profunda contemplación. Porque es fácil sentirse identificado en
este pasaje. Este pasaje reflexiona principalmente sobre la división del pueblo
con respecto a cuál es la identidad de Jesús. Algunos lo llamaron profeta.
Algunos un Mesías. Todo basado en sus nociones preconcebidas de dónde debería
haber venido el Mesías. Algunos lo ven como un Profeta, debido a que Él es el Verbo encarnado. Para ellos,
era imposible arrestarlo, porque nunca antes nadie había hablado como Él.
Aunque, por
supuesto, también se podría debatir que no lo arrestaron todavía, porque Dios
tenía otro momento para Él. Ése es otro punto del pasaje. Aparte de la
naturaleza de Cristo, aparte de ella, hay un elemento clave en el pasaje que es
el 'Tiempo Divino' de Dios. “Entonces
quisieron arrestarlo, pero nadie le echó mano, porque aún no había llegado su
hora”. Esto principalmente menciona que
Cristo estaba actuando bajo el tiempo divino, de acuerdo con los propósitos de
Dios. Durante todo el capítulo de Juan, se da mucho énfasis al tiempo mismo.
También hay otro
punto clave en el pasaje, que es la mención del “Agua Viva”: “Cualquiera
que tenga sed, venga a mí y beba el que cree en mí”. Como dice la
Escritura, del corazón del creyente correrán ríos de agua viva”. Cuál sería la primera mención del Espíritu
Santo. Aunque todavía no había Espíritu, porque Jesús aún no había sido
glorificado. Es principalmente por eso
que, del pasaje, uno puede tomar mucho de él y darse cuenta de que esto podría
aplicarse en nuestras vidas.
Hay muchos
momentos, muchas personas, incluso nosotros, que todavía estaremos divididos
sobre la naturaleza de Cristo. Más aún, no saben si creer en Él o no. Lo mismo
se podría decir de nosotros, de nuestras dudas. Nos encontraremos en conflicto
en nuestro largo viaje espiritual y, al igual que los líderes religiosos,
también podemos estar confundidos. Sin embargo, hay muchas personas que también
creyeron en Cristo y que tienen la mente abierta para considerar sus
enseñanzas. Su evangelio.
Hay muchos momentos
en los que no sabemos cómo aplicar Sus palabras. Quizás no seamos capaces de
explicarlos adecuadamente. Porque es verdad que nuestro Señor es Divino. Y
nosotros, como seres humanos, tenemos una comprensión limitada de Él. Pero al
interactuar con aquellos que creen, comparten nuestra Fe y aceptan nuestras
limitaciones, es posible que podamos comprender poco a poco a nuestro Señor. Lo
más clave es seguir Sus pasos, y así, aunque nos falte comprensión, podamos,
por la Gracia del Espíritu Santo, alcanzar una mayor comprensión. Aunque
parezca difícil, debemos intentar ser como Él. Ser compasivo, humilde, amoroso
y justo. Ser indulgente.
Muchos serán como
los fariseos, pero al igual que nuestro Señor, debemos permanecer firmes en
nuestra fe. Jesús mantuvo sus convicciones y al mismo tiempo fue comprensivo y
compasivo incluso con quienes no estaban de acuerdo. Y de esta manera,
siendo semejantes a Cristo en nuestro amor y firmes, podemos ser referentes de
la Santa Palabra, la cual, es un instrumento de reconciliación y unidad, en un
mundo dividido.
Reflexión sobre Juan 7:25-53 por Cristóbal Álvarez
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