"Dejad que los niños vengan a mí" - Lucas 18:16
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El tiempo de Adviento es un tiempo de constante oración y preparación para la venida de Jesús. En este período especial del año litúrgico, intentamos asistir a la sagrada Eucaristía y pasar más tiempo con Dios. No nos preocupa que otras personas ignoren la vida espiritual. Pero seguimos orando e intercediendo por ellos. "Clamamos a Dios de día y de noche" (v. 7). Abramos nuestro corazón y discutamos todo con el Señor y recibiremos todas las gracias necesarias. No tenemos confianza en nuestra propia justicia pero confiamos en el Señor.
Vengamos a la iglesia a orar. Seamos humildes y pidamos la misericordia de Dios. Porque conocemos nuestra pecaminosidad y fragilidad. Necesitamos ser justificados ante Dios.
El Padre misericordioso espera bendecirnos a aquellos que somos sus hijos amados. El Hijo de Dios nos llama y nos habla a través de las Escrituras. Nos anima a acercarnos a él. Porque "el Reino de Dios es de los que son como niños" (v. 16).
Podemos permanecer delante de nuestro Padre Celestial en sinceridad y verdad. No necesitamos fingir que somos otra persona. Cuando confiamos como niños pequeños, podemos entrar al Reino celestial.
Reflexión sobre Lucas 18: 1-17 del P. Józef Trzebuniak.
(Escucha el podcast aquí)
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