Cuando llega a casa, reúne a sus amigos y vecinos y les dice: "¡Alégrense conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido!" – Lucas 15:6
Lucas capítulo 15 tiene un conjunto de tres parábolas que son muy conocidas. Leemos sobre el gozo de quienes encuentran lo perdido y del gozo en el cielo debido al pecador que se arrepintió. Es interesante como el libro de Lucas menciona más palabras relacionadas con la alegría que cualquier otro Evangelio.
El capítulo 15 comienza con la escena de los recaudadores de impuestos y los pecadores comiendo con Jesús. Los fariseos y los escribas murmuraban porque Jesús estaba comiendo con aquellos que no eran considerados parte de la sociedad respetable. El resto del capítulo se desarrolla a partir de esta escena. En los primeros diez versículos del capítulo 15, leemos dos parábolas sobre dos objetos perdidos: una oveja y una moneda. Aquellos que parecen estar perdidos, pueden aún salvarse. La celebración pública y el gozo cuando un pecador se arrepiente es un evento que se destacada en esta sección.
A lo largo de las Escrituras, el Señor es comparado con la imagen de un pastor. Jesús también se llama a sí mismo el buen pastor en Juan 10:11: "Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas". En la primera parábola de Lucas 15, el pastor no espera a que la oveja regrese por si misma. En cambio, sale a buscar diligentemente su oveja perdida. Es posible que hasta la llamara por su nombre mientras andaba en su búsqueda. ¡Qué alegría cuando encuentra la oveja perdida! El pastor no se alegra solo. Invita a sus amigos y vecinos a regocijarse con él. Todo esto sólo por esta oveja perdida. Esta parábola brinda ciertamente un mensaje de esperanza.
El pastor deja a las noventa y nueve ovejas mientras busca a la perdida. Jesús demuestra que, pase lo que pase, una oveja es importante. Tal como leemos en Lucas 19:10: "Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y salvar lo que se había perdido".
Después de encontrar a la oveja perdida, el pastor no la castiga. Dependiendo de cuánto tiempo estuvo perdida esta oveja, probablemente esté muy cansada, sedienta e incluso hambrienta. Pero el pastor pone la oveja sobre sus hombros y la lleva de regreso. Esto ilustra la compasión del pastor. Siempre podemos confiar en que Jesús nos ayudará a llevar nuestras cargas y nos dará descanso (Mateo 11:28-29). Luego está la invitación del pastor a regocijarnos con él. A diferencia de las murmuraciones de los fariseos, deberíamos regocijarnos cuando un pecador se arrepiente.
En Juan 10:27-28 leemos: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen. Les doy vida eterna. Nunca perecerán, y nadie los arrebatará de mi mano". El buen Pastor nos da vida eterna, siempre y cuando seamos parte de Su rebaño y lo sigamos. Además, nuestro Pastor está siempre cerca. Ya sea que estemos en los verdes pastos, las aguas, entre enemigos o en el valle. "Aunque camine en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo" (Salmo 23:4).
Compartamos la Buena Nueva y alegrémonos con el Pastor cuando se encuentren ovejas perdidas.
Reflexión sobre Lucas 15:1-10 por Hanne Teach
(Escucha el podcast aquí)
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