Thursday, August 24, 2023

Solo cree

Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada.Lucas 8:50 LBLA


 

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En el pasaje de hoy, es interesante ver las instrucciones completamente diferentes que Jesús dio luego de haber realizado un milagro. Primero, que se proclamara al mundo lo que Él había hecho, y segundo, que no se contara a nadie de los milagros que Él había hecho.

 

Después de curar al endemoniado en la región de los gentiles, la tierra de los gadarenos, el hombre quiso seguirlo, pero Jesús le dijo: "Vuelve a casa y cuenta todo lo que Dios ha hecho contigo". Inmediatamente el hombre se fue y contó por toda la ciudad lo que Jesús hizo por él.

 

En el área judía, Jesús esperaba más. Prohibió a la familia de Jairo de contar acerca del milagro que hizo. Sucedió al comienzo de Su misión en la Tierra. Quería que los judíos no se centraran únicamente en los milagros sino en Él. Que lo conocieran primero: quién es Él, su propósito en la tierra, qué esperar como discípulos de Él, y aceptarlo en sus vidas. Estos milagros ocurrieron antes de que Él escogiera a los doce Apóstoles (Lucas 9) y les diera instrucciones sobre qué hacer y con qué se encontrarían cuando fueran en sus misiones, incluyendo desafíos y dificultades.

 

Es fácil creer en Jesús cuando lo tenemos todo. Pero hay ocasiones en las que no podemos contar con nada ni con nadie más que sólo con el Señor Jesús. El pasaje de hoy quiere enseñarnos acerca de esto.

 

Jairo vino y cayó a los pies de Jesús, sin importarle su posición como líder de la sinagoga, suplicándole que viniera y sanara a su hija. Las personas en su casa se rieron, pensando que su intento era inútil. Ellos no sabían quién era Jesús. Y Él la sanó, la niña que estaba muerta volvió a la vida.

 

La mujer que sufrió hemorragias durante doce años dio una lección muy importante. Marcos 5:26-28 lo narra de una manera más detallada: "26 Ella había sufrido mucho bajo el cuidado de muchos médicos y había gastado todo lo que tenía, pero en lugar de mejorar, empeoró. 27 Cuando oyó hablar de Jesús, ella se acercó detrás de él entre la multitud y tocó su manto, 28 porque pensaba: "Con sólo tocar su ropa, seré sanada". Al instante su hemorragia se detuvo.

 

Su fe no se compara con nadie de entre la multitud. Ese tipo de fe que incluso a Jesús le sorprendió. Se dice que mientras Jesús iba en camino, la multitud casi lo aplastaba. La gente se acercaba porque deseaba estar cerca de Él. Pero de repente, Jesús preguntó por la persona que lo había tocado y había provocado que poder saliera de Él. De hecho, esta mujer ni siquiera tocó su cuerpo, ¡solamente Su manto! Pero lo que importó fue la fe. Jesús dijo: "Hija, tu fe te ha sanado. Ve en paz".

 

Hoy aprendimos cómo Jesús vence a los demonios, las enfermedades y la muerte. Ninguna de estas tres cosas es fácil de afrontar. Necesitamos tener una fe diferente a la de las multitudes. Cuando todos duden, mantén la preciosa fe que tienes en Jesucristo y lo escucharás decir: "No temas, sólo cree..." Gracias Señor Jesús, a Ti sea la gloria por los siglos de los siglos. ¡Amén!

 

 Reflexión sobre Lucas 8:26-56 por Desire Litaay

(Escucha el podcast aquí)

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