Saturday, August 5, 2023

Dominus Sabatti | Día de reposo

"Y les decía: El Hijo del Hombre es Señor del día de reposo." - Lucas 6:5 LBLA


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Jesús y sus discípulos caminaban por los campos de trigo en el día de reposo y los discípulos tenían hambre. Ellos recogían algunos granos para comer y Jesús se los permitió. Los fariseos cuestionaron a los discípulos por hacer cosas ilícitas en el día de reposo. Jesús les recordó cuando David entró en la casa de Dios, tomó el pan sagrado ‐ que era sólo para los sacerdotes - para comerlo junto con sus acompañantes pues tenían hambre (v.1‐4).

 

En otro día de reposo, Jesús estaba enseñando en la sinagoga. Allí se encontraba un hombre que tenía una mano seca. Los fariseos observaban a Jesús muy de cerca. Querían ver si Jesús lo sanaría para poder acusarlo de quebrantar la ley del reposo. Jesús, de hecho, sanó al hombre. Él conocía sus pensamientos. Jesús preguntó a todos acerca de qué es lícito hacer en el día del reposo: hacer el bien o hacer el mal, salvar la vida o destruirla (v.6-10).

 

En Isaías 58:13 (NTV) Dios nos dice: "Santifica el día de reposo. No persigas tus propios intereses en ese día, sino disfruta del día de reposo y habla de él con deleite como el día santo del SEÑOR. Honra el día de reposo en todo hagas ese día, y no sigas tus propios deseos ni hables sin sentido". Es la motivación lo que cuenta. ¿El interés de quien perseguimos?

 

De hecho, honrar el día del reposo no se trata de seguir un conjunto de reglas que galardona al más obediente y que nunca ha violado la Ley. Los fariseos honraban la Ley y valoraban el comportamiento legalista aún más que al verdadero Salvador, Jesucristo. Ignoraron las muestras de Su amor detrás de las buenas obras en el día del reposo, en cambio buscaron maneras de como destruirlo (v.11). Ni siquiera podían admitir el gran poder que Jesús tenía, aun cuando el versículo 19 lo describe así: "Todos trataban de tocarlo, porque de El salía poder sanador, y sanaba a todos".

 

¡Deleitémonos en nuestro Salvador, Jesucristo, porque Él es el Señor del reposo! (v.5). Él mismo está muy por encima de las leyes. No somos perfectos, pero Él entiende. En términos de salvación, las reglas religiosas no salvan, pero Jesús sí, pues fallamos muchas veces y tenemos inclinación al pecado. Además, Él también es Señor sobre cualquier enfermedad, incluso sobre cualquier demonio (v.18).

 

Acercándose al final del pasaje, Jesús dijo en los versículos 22-23: "Qué bendiciones te esperan cuando las personas te odian y te excluyen y se burlan de ti y te maldicen como malvado porque sigues al Hijo del Hombre. Cuando eso suceda, ¡alégrate! ¡Sí, saltad de alegría! Porque una gran recompensa te espera en el cielo..." Amén, gracias Señor Jesús. A TI sea la gloria por los siglos de los siglos.

 

Reflexión sobre Lucas 6:1-26 por Desire Litaay

(Escucha el podcast aquí)


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