Thursday, August 17, 2023

Fides | Fe

Pero Jesús dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, vete en paz.Lucas 7:50 LBLA


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Al leer el evangelio de Lucas, es muy interesante ver que Lucas también tenía un interés particular en los marginados y las mujeres. Lucas menciona historias de mujeres que no se mencionan en ningún otro lugar en la Biblia. Tal es el caso de la historia de una mujer pecadora, de la que no se menciona su nombre, que ungió los pies de Jesús en la casa de un fariseo.

En tiempos bíblicos, las mujeres no ocupaban un lugar importante en la sociedad judía. Sin embargo, Jesús frecuentemente cambiaba las reglas convencionales de la sociedad de aquel tiempo. Esto levantó las cejas de los fariseos y muchos otros.

El versículo que más llamó mi atención de este pasaje de Lucas 7 es el versículo 50: Él le dijo a la mujer: "Tu fe te ha salvado. Ve en paz." Entonces, surge la pregunta: si la fe de la mujer la salvó, ¿qué fue lo que la mujer creyó y la salvó? En Lucas 7 podemos ver que ella creía que, si ella venía delante de Jesús como pecadora arrepentida, Jesús no la despreciaría. Es muy probable que esta mujer haya escuchado que Jesús le daba la bienvenida y recibía a los pecadores. Tal vez ella estaba entre la multitud y lo escuchó predicar. Ella creía que Él no la despreciaría y El no lo hizo.

Reflexionando sobre este pasaje, hay algunas lecciones que podemos aprender de esta mujer sin nombre:

Primera lección: estar a los pies de Jesús. Los pies de nuestro Señor Jesucristo se mencionan con bastante frecuencia en este pasaje de Lucas 7:36-50. Sentarse a los pies de Jesús significa que reconocemos su grandeza y que queremos ser sus discípulos. María "se sentó a los pies de Jesús y escuchó su palabra" - Lucas 10:39. En la tradición judía, "sentarse a los pies" era lo que tenía que hacer un discípulo. En Hechos 22:3, el apóstol Pablo nos dice que fue educado "a los pies de Gamaliel".

Segunda lección: estar enfocados en nuestro Salvador. Esta mujer estaba enfocada en Jesucristo y sabía lo importante que era estar esto. Ella estaba enfocada en Él, y sólo en Él.

Tercera lección: no siempre se trata solo de recibir algo de nuestro Señor Jesucristo. Aquí esta mujer estaba dando su regalo de ungüento, adoración, lágrimas y tiempo a Jesucristo.

Cuarta lección: las palabras no siempre son necesarias. La adoración de esta mujer fue sin una palabra. Es posible que ella le haya hablado a Él, pero Lucas no registró ninguna palabra. A veces, la adoración más honesta puede ser sin palabras.

Quinta lección: no se detenga y espere el momento perfecto. Había muchas razones para que esta mujer se haya alejado de Jesús. Efectivamente, no fue invitada a la casa del fariseo. Ella no era querida y era indigna. Pero a pesar de todas las posibles razones, la mujer no se detuvo e hizo lo que tenía que hacer: ver a Jesús. Ella apareció a pesar de todas las incertidumbres. Ninguna situación debería alejarnos jamás de Jesucristo.

Esta mujer vino a Jesucristo en condiciones inciertas. Sin embargo, no pospuso acercarse a Jesús hasta que tuviera condiciones ideales o más seguras, o que tuviera una mejor situación en la vida, o hasta que tuviera más tiempo. Ella no se alejó. Ella sabía lo que era importante. Iba a poder irse y vivir su nueva vida, ser salva y estar en paz.

Jesus dice "Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. - Mateo 11:28 LBLA

Reflexión sobre Lucas 7:24-50 por Hanne Teach

(Escucha el podcast aquí)

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