"Yo he venido
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De vez en cuando nos cansamos y deprimimos. Especialmente cuando comienza el otoño, las personas se sienten peor porque no hay suficiente luz solar. A este fenómeno estacional se le llama "fatiga de otoño", que se considera un trastorno afectivo. Mucha gente se queja de cansancio, falta de energía y mal humor. Sin embargo, cada uno lo experimenta de manera diferente. Necesitamos ser expuestos al sol. Pero en el sentido espiritual necesitamos "el fuego del Espíritu Santo".
Jesús quiere que estemos preparados para este fuego espiritual. Él nos enseña a esperar con paciencia. Dice que debemos orar en silencio y esperar al Espíritu Santo. Nos anima a responder y abrir nuestro corazón (v. 36). Por eso debemos estar atentos a las señales del Espíritu de Dios. Durante nuestra oración debemos añorar la gracia divina que será la que nos fortalecerá. No necesitamos hacer nada. El Señor nos enseña y nos sana cuando oramos.
Necesitamos recibir su divina gracia una y otra vez. Porque es como energía para nuestro cuerpo, el cual no puede funcionar sin ella. La forma de oración influye en toda nuestra vida, es decir, en cada momento de nuestra vida. Por tanto, debemos orar y mantener siempre la comunión con el Espíritu Santo. Esta es una invitación para todos (v. 41).
Benditos los que abren su corazón a las Buenas Nuevas y a la verdad de Cristo. Benditos los que buscan la unidad en el Espíritu Santo. Benditos los que quieren conocer la voluntad de Dios y vivir según el Evangelio.
Pidamos que el fuego del Espíritu Santo encienda nuestras almas. Amén.
Reflexión sobre Lucas 12:35-53 por Józef Trzebuniak.
(Escucha el podcast aquí)
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