Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. - Lucas 11:9 LBLA
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En Lucas 11:1-13, encontramos dos temas principales: cómo orar y la paternidad de Dios. Ambos están relacionados y no pueden estar separados. Es interesante como Lucas escribe más sobre las oraciones de Jesús que cualquier otro autor del Evangelio. Lucas describe nueve diferentes ocasiones en que Jesús oró. De estas nueve, siete son exclusivos al evangelio de Lucas. Jesús oraba constantemente a su Padre pidiendo dirección. La oración es tan importante para cada seguidor como lo fue para el mismo Jesús. En Lucas 11:5-8 leemos una parábola sobre un amigo que fue persistente. Aquí Jesús nos enseña que nunca es una pérdida de tiempo pedirle a Dios lo que necesitamos. Si podemos pedirle ayuda a un amigo, ¿cuánto más podremos depender y confiar en nuestro Padre bondadoso? Jesús enfatizó que siempre debemos orar y no desanimarnos. En esta parábola nos enseña acerca de la importancia de ser perseverantes y constantes en la oración, así como no tener pena o vergüenza o aún ser importunos al pedir. Una persona importuna es aquella que persiste en pedir algo hasta el punto de causar problemas. El ejemplo de insistencia que Jesús brinda en esta parábola, causa un cambio de mentalidad acerca de la oración. Mucha gente piensa que la oración inoportuna no es necesaria. Sin embargo, Jesús nos enseña que nuestras oraciones deben ser persistentes, hasta el punto de ser importunas. La importunidad demuestra nuestra fe y la dependencia absoluta a Dios. En la Santa Biblia existen varios ejemplos de importunidad en la oración. Los que más me destacan son el de Ana (1 Sam 1:10-12) y Daniel (Dan 9:4-19).
Jesús es nuestro
modelo a seguir en la oración. También nos enseña cómo orar en Lucas 11:2-4.
También podemos aprender acerca de cuando Jesucristo oró. El escogió la
madrugada para orar (Marcos 1:35). Quizás nuestras mentes todavía estén libres
de distracciones a esa hora. La distracción forma gran parte de nuestro mundo
moderno y es casi imposible no distraerse con sonidos, tecnología, problemas,
etc. Por lo tanto, se necesita un esfuerzo mayor para encontrar un tiempo en
donde la distracción sea menor. Pero Jesús también oró por la noche. Incluso
pasó una noche entera en oración (Lucas 6:12). Jesucristo también oró antes de
cada uno de los momentos difíciles durante Su vida terrenal.
Jesucristo le
dedico tiempo extra a la oración incluso en momentos donde él se encontraba muy
ocupado (Lucas 5: 15-16). Esta es una lección muy importante que debemos
aprender de la vida de Jesús: siempre tomó tiempo para orar, sin importar lo
ocupado que estuviera. No olvidemos el ejemplo de Jesús: cuanto más nos
presionen los quehaceres del mundo, el trabajo o la vida, más tiempo
necesitamos dedicar a la oración. Es más fácil decirlo que hacerlo. Pero para
lograr esto, debemos tener como meta el deshacernos de cualquier distracción
innecesaria y enfocarnos en Él.
Necesitamos ser
constantes en la oración como el amigo persistente de la parábola. El Señor
sabe exactamente lo que necesitamos y cuándo dárnoslo. Sigamos pidiendo,
buscando y llamando.
Reflexión sobre
Lucas 11:1-13 por Hanne Teach
(Escucha el podcast aquí)
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