Monday, March 18, 2024

Lapis | Stone

"Let the one among you who is guiltless be the first to throw the stone at her" - John 8:7.

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Jesus, as the Son of God, taught the crowd with full of power and authority. This power of God basically touched the inner disposition of the listeners for their transformation. Since the character of faith is free (which requires one's own freedom to believe or not to believe), then there would be some groups of listener formed: first, those who believed in Jesus; second, those who doubted Him as Christ, the Son of God; and the third, those who totally rejected Him. The Pharisees and Scribes were in the third group.

In today's Gospel, the Pharisees and Scribes brought to Jesus a woman who was found guilty of adultery. They planned to trap Him for He had talked a lot about forgiving sin and His equality with the Father, which for them is blasphemy. Jesus knew their intention and gently stated "let the one among you who is guiltless be the first to throw the stone at her." Nobody stood longer after hearing these words. One by one disappeared before him, started from the eldest. 

Here, we learn from Jesus not to be so quick judging others, but be merciful and respectful to approach them. Who are we to judge our brothers and sisters? What rulers are we using to measure them? Let us be humble. Perfection only belongs to God alone. We are all just participating in God's perfection. We are all subject to commit sin or wrong doing. It is only God who can necessarily judge us, although God never judges us and puts us down because of His unconditional love. 

The Gospel of today encourages us to be good to our brothers and sisters as our God is good; be merciful as our God is merciful; and willing to forgive as our God is forgiving. It is our task as one communion with Christ to assist one another in elevating our faith.

Reflection on John 8: 1-11 by Paul Hadjon, SVD

(Listen to podcast here)


Pan

Entonces Jesús, alzando los ojos y viendo que venía hacia él una gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? -  Juan 6:5


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La alimentación de los cinco mil, más allá de su naturaleza milagrosa, imparte profundas lecciones sobre intencionalidad, comunidad, fe y administración. Esta narración bíblica comienza con el movimiento deliberado de Jesús hacia el Mar de Galilea, enseñándonos que los acontecimientos importantes a menudo requieren una buena preparación en planeamiento y lugar. La gran multitud que lo seguía es un indicativo de cuan atrayente es la compasión genuina y el poder de la comunión basada en la confianza y las experiencias compartidas.

Las interacciones entre Jesús y sus discípulos (la pregunta hacia Felipe sobre la compra de pan y discutir los recursos disponibles con Andrés) subrayan la importancia de reconocer los desafíos mientras que a la vez se confía en la provisión divina. Estos momentos ilustran cómo enfrentar las dificultades puede profundizar el entendimiento y fomentar el crecimiento, enfatizando la resolución proactiva de problemas y el valor de iniciar discusiones sobre las necesidades.

El milagro central de multiplicar los panes y los peces resume las virtudes de la gratitud y la generosidad. El acto de Jesús de dar gracias antes de distribuir la comida nos enseña que reconocer nuestras bendiciones, aun por pequeñas que sean, puede conducir a una abundante provisión. Este acto, junto con la recolección de las sobras, sirve como un poderoso recordatorio de una administración consciente y la importancia de valorar nuestros recursos, asegurando que nada se desperdicie.

En esencia, la historia trasciende su contexto religioso para ofrecer verdades eternas sobre cómo vivir con propósito, fomentar la comunidad, aceptar desafíos con fe y practicar la gratitud y la buena administración. Nos anima a ser intencionales en nuestras acciones, involucrarnos profundamente con nuestras comunidades, confiar en la posibilidad de que se produzcan milagros a partir de nuestras escasas ofrendas y siempre actuar tomando en cuenta los recursos con que contamos.

En conclusión, la alimentación de las cinco mil personas, es una lección que nos llama a reflexionar sobre nuestras vidas, instándonos a cultivar una confianza más profunda en el desarrollo de los planes divinos y a participar activamente en la creación de un mundo marcado por generosidad, compasión y abundancia.

 

Reflexión sobre Juan 6: 1-21 por Marlon Bobier Vargas, SVD

(Escucha el podcast aquí)

Saturday, March 16, 2024

Lámpara Brillante

"Él era la lámpara que ardía y alumbraba, y ustedes estaban dispuestos a regocijarse por un tiempo en su luz". – Juan 5: 35


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Jesús siendo Dios no requirió ningún testimonio humano. De hecho, Jesús aceptó únicamente el testimonio de Juan el Bautista. Aquí vemos la humildad de Jesús y al mismo tiempo como siempre quiso darle toda la gloria a Dios su Padre.

Jesús está dando testimonio acerca de Juan el Bautista: "Era una lámpara que ardía y alumbraba". Juan el Bautista preparó el camino para Jesús y en este proceso no sólo ardía sino que daba luz brillante. Todos sabemos la historia de cómo Herodes mató a Juan el Bautista mientras defendía la verdad y la justicia. Leemos en Juan 8:12 – "Yo soy la luz del mundo". La misma luz (Jesús) nos dice en Mateo 5:14: "Ustedes son la luz del mundo". Jesús quiere que todos nosotros seamos sus testigos. Como leemos en Mateo 5:16 – "Así brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos". Jesús quiere que seamos otro Juan Bautista. Jesús quiere que brillemos tanto que podamos iluminar al mundo entero.

Queridos amigos en Cristo Jesús, mientras más nos llenemos del Espíritu Santo, más nos volvemos más santos; mientras más hagamos la voluntad de Dios en nuestras vidas, podremos brillar más intensamente. Como Juan el Bautista, tratemos también nosotros de no sólo arder, sino de brillar, para que otros puedan alegrarse en nuestra luz. Podremos mostrarles el camino correcto hacia Jesús y también podremos glorificar a Dios como Juan el Bautista.

¡Ven Espíritu Santo ilumina nuestras mentes y corazones! AMÉN.

 

Reflexión sobre Juan 5: 25-47 por el P. George Joseph SVD

(Escucha el podcast aquí)