Thursday, May 23, 2024

Spanish version: Siervo

"De cierto os digo, que el siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió" – Juan 13:16


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Queridos hermanos y hermanas. El 19 de septiembre de 2021, el Papa Francisco dijo en su homilía que la grandeza y el éxito no se miden por lo que alguien tiene, sino por lo que alguien da. En otras palabras, la calidad de vida de alguien se basa en algo más que en el puesto sino en el servicio. Servir a los demás abre una relación profunda con Dios y recibe la presencia y el amor de Dios.

 

La Última Cena fue un evento en el que Jesús comió con Sus discípulos antes de sufrir, agonizar y morir. Jesús sabía que su vida estaba por terminar y que le quedaba poco tiempo para enseñar muchas cosas con palabras y parábolas. Por lo tanto, dio el ejemplo a Sus discípulos con acciones a través de aspectos esenciales de la vida, como el comer juntos y lavar los pies de sus discípulos. Jesús dejó recuerdos de unidad y servicio a través de estos dos eventos.

 

Comer juntos le permitió a Jesús reunirse con sus discípulos mientras se ponía de ejemplo a sí mismo como la  fuente de vida. Si el pan y el vino pueden nutrir el cuerpo, entonces Su cuerpo y Su sangre derramada son la fuente de alimento y bebida que pueden nutrir el alma.

 

Así mismo, a través del lavatorio de los pies se encierran dos significados. En primer lugar, Jesús construyó Su relación con Dios Padre, para recibir la presencia y el amor de Dios Padre en él. Se dio cuenta de que no había sido enviado para ser servido sino para servir. Y esta tarea la cumplió hasta el final de su vida. En segundo lugar, Jesús dio un ejemplo mediante la acción para que los discípulos lo vieran, lo experimentaran y lo siguieran. Como maestro, Jesús se dio cuenta de que un ejemplo vivo es más tangible que las palabras. Por lo tanto, quería que los discípulos le sirvieran en sus vidas.

 

La comida y el lavatorio de los pies eran símbolos de sacrificio, unión, humildad y servicio. Estos valores aún resuenan en medio de una crisis de vida social de la que se debe replicar para que la vida sea más digna. Una vez más, una persona se vuelve grande no por lo que tiene, sino por lo que da. El regalo más memorable es el regalo del verdadero yo.

 

Reflexión sobre Juan 13:1-20 por el P. Aris Mada, SVD.

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