"No podéis hacer nada sin mí" – Juan 15:5.
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Jesús habla a sus
discípulos con gran amor. Porque sabe que es la mejor manera de llegar al
corazón humano. El Hijo de Dios entiende lo importante que es la unidad. Él se
une con el Padre en el Espíritu Santo. En consecuencia, hace todo de acuerdo
con la voluntad de su Padre. Además, trata de explicar asuntos espirituales a
las personas que pertenecen a esta tierra. Por lo tanto, da un ejemplo de la
verdadera vid y la amistad.
Los discípulos
pueden aprender de su Maestro los valores más importantes. Jesucristo es un
experto en espiritualidad y teología. Así que les muestra cómo construir
relaciones profundas. Tanto las cosas celestiales como las terrenales son
importantes para Jesús. El universo es el lugar donde trabaja el Espíritu de
Dios. Los seres humanos a menudo cometen errores a través de sus propias
acciones y decisiones. Pueden sentirse secos y vacíos cuando carecen de amor.
Este hecho los lleva a varias enfermedades y otros problemas.
Los hijos de Dios
necesitan aceptar que son amados. Deben abrir sus corazones a la verdadera
amistad. Pertenecen a la misma vid verdadera que es podada por el Padre y
esperan la limpieza del Espíritu Santo. También necesitan la enseñanza que
proviene de las Sagradas Escrituras. Cuando leen la Biblia, permanecen fieles
al amor de la Santísima Trinidad. Crecen en el amor especial del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. Solo en este amor, logran la felicidad perfecta y la
paz interior. También pueden amarse unos a otros y llenar el mundo entero con
amor divino.
La comunidad es el
lugar adecuado para mostrar amor a los amigos y ofrecer nuestra vida. En la
Iglesia, el Señor nos habla como sus amigos, nos dice todo y nos da lo que
pedimos en su santo nombre.
Reflexión basada en
Juan 15:1-17 por Fr Józef Trzebuniak.
(Escucha el podcast aqui)
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