Monday, September 25, 2023

No está conmigo


El que no está conmigo, contra mí está; y el que conmigo no recoge, desparrama.  -Lucas 11:23 LBLA

 

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Jesús expulsó un demonio de un hombre que no podía hablar a causa de esto. Cuando el hombre habló, la multitud quedó asombrada. Pero algunos decían que Jesús expulsaba a los demonios por medio de Beelzebú, el príncipe de los demonios. Otros incluso pusieron a prueba a Jesús pidiéndole una señal del cielo.

Lo primero que aprendemos en esta enseñanza es que los humanos somos débiles y pecadores. A menudo, cuando alguien realiza una acción notable para ayudar a otros, la gente sospecha. Tratan de encontrar debilidades o defectos en esta acción, en lugar de agradecer y apreciar su obra.  El Señor Jesús experimentó esto en este pasaje.

En segundo lugar, al luchar contra el reino de las tinieblas, sólo hay dos opciones. O seguimos a la luz o a la oscuridad. Es crucial examinar si elegimos tener comunión con la justicia o con la iniquidad. Porque la luz y las tinieblas no se pueden mezclar (2 Cor 6:14). Jesucristo es la Luz del mundo. Separados de Él, caminarás en tinieblas (Juan 8:12). Además, nadie puede ser neutral o abstenerse respecto de Él. Jesús dijo claramente: "El que no está conmigo, contra mí está, y el que conmigo no recoge, desparrama" (v.23). Necesitamos decidir si realmente le seguimos o no. Porque el neutralismo significa que apoyamos al enemigo (los demonios) y que estamos en contra de Jesucristo, aun cuando no nos demos cuenta.

Lo tercero que aprendí del pasaje es que no podemos luchar contra el espíritu maligno con nuestras propias fuerzas. Un espíritu impuro sale de una persona. Luego la persona "barre su casa y pone todo en orden". Hacemos bien y ponemos nuestras vidas en orden. Lamentablemente, esto no impide que el demonio regrese, ¡esta vez viene con otros siete espíritus que son más malvados que el primero! Necesitamos que Jesucristo viva en nuestros corazones, en nuestras vidas, para protegernos de cualquier espíritu maligno que quiera apoderarse de 'nuestra casa'.

Amado Señor Jesús, ven y quédate con nosotros, reina sobre nuestras vidas, sé nuestro Rey de reyes para que seamos guardados del reino de las tinieblas con tu amorosa y poderosa protección. Amén.

Reflexión sobre Lucas 11:14-26 por Desire Litaay.

(Escucha el podcast aquí)

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